- Llegó la noche al entorno sagrado
- de nuestras pasiones sin nombre
- La luna en su órbita
- iba a danzar sólo para los dos
- Una vez que el corazón queda inmóvil
- es presagio del gozo misterioso, sin máscara
- donde el cuerpo y el alma se funden
- en un espiral místico de deseo y pasión
- El vuelo nocturno de la sensibilidad
- viene a reposar en las yemas de mis dedos
- para drenar el erotismo con plumas de pavo real
- Recorreré tu piel como una serpiente
- buscando aplacar el alarido del placer
- de tu carne en llamas hasta encontrar
- el camino secreto de tu caverna
- Acaricié febrilmente tus suspiros
- que emanaron de tus senos ardientes
- Piernas y brazos se cruzaron
- en un equilibrio circense que saciaban
- el maullido de una pasión desenfrenada
- La voluptuosidad disfrutada sin control
- nos deja claro que, algunas veces,
- el amor se tiene que despojar
- de las capas románticas que lo rodea
- si quieres que dure para toda la vida.